El golpe de calor puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, pero los ancianos y los niños en particular corren mayor riesgo.
El golpe de calor puede producirse cuando hay un aumento anormal de la temperatura corporal por encima de los 40 grados centígrados. Es necesario intervenir pronto porque pueden surgir complicaciones que, en casos graves, pueden incluso provocar la muerte. Intervenir pronto reduce el riesgo de que el cerebro, el corazón, los músculos o los riñones sufran graves consecuencias.
Prevenir un golpe de calor puede y debe hacerse. Basta con tomar algunas precauciones, que suelen ser muy sencillas de seguir. (Fuente: auxologico.it)
El golpe de calor puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, pero los ancianos y los niños en particular corren un mayor riesgo. El golpe de calor puede producirse cuando hay un aumento anormal de la temperatura corporal por encima de 40 grados centígrados. Es necesario intervenir pronto porque pueden surgir complicaciones que, en casos graves, pueden incluso provocar la muerte. Intervenir pronto reduce el riesgo de que el cerebro, el corazón, los músculos o los riñones sufran graves consecuencias. Prevenir el golpe de calor puede y debe hacerse. Basta con tomar algunas precauciones, que suelen ser muy sencillas de seguir. (Fuente: auxologico.it)
Algunas de las causas que pueden provocar un aumento anormal de la temperatura corporal y posiblemente desembocar en un golpe de calor son: efectos secundarios de ciertos medicamentos, mala hidratación, calor y humedad elevados, ciertas enfermedades, estar al aire libre durante las horas más calurosas del día y llevar ropa oscura que atraiga más la luz solar.
Cuando se produce un golpe de calor, pueden aparecer los siguientes síntomas: agotamiento y malestar general, dolor de cabeza, sed intensa, calambres musculares, sensación de calor en la piel. En otras ocasiones, también puede experimentarse un aumento de los latidos del corazón, mareos, pérdida del equilibrio y fatiga. La deshidratación resultante también puede afectar a la confusión mental, convulsiones, delirio y daños en los órganos.
A menos que padezca alguna enfermedad o utilice medicación, puede seguir algunos consejos sencillos para prevenir los golpes de calor. Entre ellos, beber mucho líquido (sobre todo agua) y procurar mantenerse bien hidratado, evitar los alimentos grasos y picantes, ventilar y refrescar a menudo los espacios interiores, utilizar protectores solares, lavarse lo más a menudo posible, llevar ropa ligera (de colores claros y no ajustada) e intentar permanecer a la sombra al salir, sobre todo en las horas más calurosas del día.
En caso de sospecha de golpe de calor, el mejor consejo es consultar al médico. Si los síntomas mostrados parecen graves, puede ser incluso necesario acudir al servicio de urgencias más cercano para evitar consecuencias graves.