Cuando el calor se hace insoportable, una solución puede ser utilizar el aire acondicionado, pero para muchas personas esto puede resultar incómodo o perjudicial.
Muchas personas, de hecho, experimentan dolores musculares (con tortícolis y dolor de espalda) o incluso dolores de cabeza cuando están demasiado expuestas al aire acondicionado.
Por lo tanto, es necesario optimizar el uso del aire acondicionado, limitando al mínimo los aspectos perjudiciales y disfrutando sólo de los beneficios de este aliado contra el calor: en este sentido, estos consejos pueden resultar útiles.
Cuando el calor se hace insoportable, la única solución puede ser utilizar el aire acondicionado, pero para muchas personas esto puede resultar molesto o perjudicial. De hecho, muchas personas experimentan dolores musculares (con tortícolis y dolor de espalda) o incluso dolores de cabeza cuando están demasiado expuestas al aire acondicionado. Por tanto, es necesario optimizar el uso del aire acondicionado, limitando al mínimo los aspectos perjudiciales y disfrutando sólo de los beneficios de este aliado contra el calor: en este sentido, estos consejos pueden ser útiles.
El mantenimiento del aire acondicionado es esencial para evitar riesgos para la salud. Antes de que suban las temperaturas, pero también durante los meses más cálidos, es importante limpiar periódicamente los filtros y la unidad exterior para evitar la acumulación de suciedad y polvo que, de otro modo, entrarían en el hogar. Además, un mantenimiento adecuado mejora la eficiencia del aparato.
El aparato de aire acondicionado debe colocarse a cierta distancia de las personas, adecuada para evitar que estén demasiado cerca del flujo de aire frío, que puede ser perjudicial para el organismo. Cuando la unidad esté en funcionamiento, también es aconsejable utilizar persianas y cortinas para imitar la exposición de las habitaciones a la luz solar directa.
En general, es aconsejable mantener el aire acondicionado apagado por la noche abriendo las ventanas. Si el calor es insoportable, hasta el punto de tener que mantener el aire acondicionado encendido, es preferible programar un temporizador para que el aire acondicionado se apague durante la noche y se encienda de nuevo a primera hora de la mañana. Además, siempre es ventajoso programar el modo deshumidificador.
También es fundamental ajustar la temperatura, lo que significa no bajar de un determinado umbral. Lo ideal es ajustar la temperatura entre 25 °C y 27 °C, evitando bajar de este umbral.
Por lo que respecta al coche, lo óptimo es no dirigir el aire frío directamente hacia los pasajeros, sino hacia arriba. Para evitar una transición brusca, es aconsejable que la diferencia entre la temperatura interior del coche y la exterior no supere los 5 °C, y siempre es útil apagar el aire unos minutos antes de salir del coche, bajando las ventanillas: así te acostumbras poco a poco al calor exterior.